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14 ene 2019
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El barco fantasma

Managua, Nicaragua.- El velero de cuatro palos amanece anclado en las quietas aguas de la bahía de San Juan del Sur, y los fuertes vientos de finales de diciembre lo hacen girar desde el costado de estribor hasta dejarlo de proa a la costa. Es el Sea Cloud, un buque para cruceros de lujo que puede alojar a sesenta pasajeros. 

Los brochures hablan de él como de “una leyenda romántica”, con sus lujosos camarotes que conservan el estuco historiado en las paredes, los muebles de teca, sus ricos tapices, baños y chimeneas de mármol de Carrara y las llaves de los grifos de oro puro, “la magnificencia de los grandes palacios franceses”; un palacio flotante que recala en diversos puertos del Caribe y Centroamérica.

El chef y el sommelier provienen del hotel Alberg de Austria, la cava es más que selecta y el menú ofrece “delicias culinarias” servidas en porcelana de Sévres.
La lista de pasajeros es un secreto bien guardado, y hay entre ellos “poderosos empresarios y altos directivos de multinacionales”.

Cuando llega la noche de despedida de año, el Sea Cloud parece arder con toda su arboladura encendida con ristras luces, pero el viento no trae música de fiesta, contrario a su vieja tradición, pues en un tiempo fue un cabaret flotante, cuando se llamaba Angelita y el mascarón de proa era una feroz águila dorada.

Fue botado en Bremen en 1931, encargo del magnate financiero Edward F. Hutton y su cónyuge Marjorie Merriweather Post, dueña de General Foods y emperadora del cornflake. El presidente Franklin Delano Roosevelt y su esposa Eleonora pasaron allí su luna de miel. Su primer nombre fue Hussar V, con 2.500 toneladas de registro bruto, 110 metros de eslora, 15 de manga, y 5 de calado máximo; el yate más grande del mundo para entonces, equipado con cuatro motores de 3.200 caballos, capaz de alcanzar una velocidad de 14 nudos.

Pero en 1955 lo compró el Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo, presidente vitalicio de la República Dominicana, y Benefactor de la Patria, Padre de la Patria Nueva, Invicto de los Ejércitos Dominicanos, Restaurador de la Independencia Financiera, Primer Agricultor Dominicano, Primer Anticomunista de América, entre sus más de veinte títulos oficiales. Se propuso él mismo para Premio Nobel de la Paz, pero con nula fortuna.

Por Sergio Ramírez

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