Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el cubrebocas es una “medida adicional para ayudar a desacelerar la propagación del COVID-19 cuando se lo combina con las medidas preventivas cotidianas y el distanciamiento social en entornos públicos”.
Por su proximidad al rostro y a las vías respiratorias, es recomendado lavar esta pieza después de cada uno.
La mascarilla es un elemento esencial en la época actual. Su uso continuo hace que sea necesaria la limpieza constante.
Los CDC recomiendan usar la “temperatura de agua máxima permitida para la tela que utilizó para confeccionar la cubierta para la cara”. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere lavarlas a diario con agua muy caliente para eliminar virus o bacterias que puedan vivir en los tejidos.
Si optas por lavar la mascarilla a mano, déjala en remojo en agua caliente por varios minutos.
Para secarla puedes utilizar la secadora en su temperatura máxima o dejarla al aire libre, preferiblemente en un lugar en el que se exponga directamente al sol.
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