Los refranes siempre han ido como anillo al dedo a situaciones que suelen presentarse en la vida pública nacional de cualquier país, en este caso la República Dominicana no escapa a dichas situaciones. Ahora, con un caso de la justicia, donde podríamos deducir que "Puerco no se rasca en javilla", como se dice en el populacho.
Resulta ser que mientras al conocido y popular intérprete de
la música urbana, Manuel Varet Marte "Vakeró", estuvo preso por
alegadas agresiones a su espesa Martha Heredia, le fue raspado, hasta el último
pelo, de su cabello.
Entonces ahora fue el turno del empresario de la televisión e
ingeniero, Frank Jorge Elías, por las acusaciones realizadas por su esposa
Sandra Kurdas, al cual no sé le tocó su pelo ni con el pétalo de una rosa, a pesar de que su reclusión fue en el mismo centro penitenciario donde permaneció el Chulo Manuel, como también es conocido el artista.
Y es que resultaba mucho más fácil poner un ejemplo con el
"Cantante de los Raperos", del barrio Mira Mar de San Pedro de Macorís, pese a que existía
pendiente de conocer un recurso de amparo que buscaba evitar la aplicación de
esta medida, la cual resultó a favor del exponente de la música urbana,
mediante la sentencia No.18-2013, declarando inconstitucional la acción de
cortarle el pelo, pero cuando fue evacuada ya era muy tarde, porque hacía rato
que al artista le habían pasado la ‘cero’ por la cabeza.
No es que estemos de acuerdo con la cortada del pelo, a
quienes ingresan al nuevo modelo penitenciario, ni mucho menos en contra del
Ing. Jorge Elías, sino que el artículo 39 de la Constitución Dominicana y
varios de sus párrafos, expresan sobre el Derecho a la igualdad entre
dominicanos, entonces porque para uno sí, y para él otro no.
Mientras el hacha va y viene, se da muestras claras de que
una cosa es con violín y muy distinta es con guitarra. De todos modos la
Tercera Sala de la Cámara Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional
reenvió para el martes 4 de julio el conocimiento del recurso de apelación a la
medida de coerción, impuesta contra el empresario Frank Jorge Elías, preso por
violencia de género. Pero con un trato distinto al caso de Vakeró.
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