El 11 de febrero de 1990, la victoria del púgil se pagaba 42 a 1. No era nadie, y dejó a todo el mundo sin palabras. Su combate marcó el inicio del declive de Tyson. "De repente, Mike Tyson, percibido como un monolito gigantesco, ha sido reducido a otro campeón más de los pesos pesados que ha sido derrotado", narró Larry Merchant, comentarista de la HBO. Se quedó mudo ocho segundos tras el nocaut en directo, sin saber como expresar lo que acababa de acontecer.
“Ser coronado campeón era un sueño para mi. Conseguirlo fue lo máximo. Algo increíble”, expresó Douglas. El combate, propuesto por Don King, fue considerado una simple puesta a punto de cara al enfrentamiento del invicto Tyson, con 37 victorias, 32 de ellas por nocaut y 17 en el primer asalto, contra la estrella emergente Evander Holyfield.
Desapercibido, Buster era un atleta brillante con un récord de 29 victorias, 4 derrotas y 1 empate como boxeador que no evitó las críticas por falta de corazón y disciplina. Tres semanas antes del combate, su madre falleció. “Ella sí creía en mi”, rememoró el exboxeador. Quizás fue la única en hacerlo, y la única en acertar.
Buster confiesa todo lo que vivió durante esa pelea con Mike Tyson. "Estuve admirando mi trabajo. Le miré, me tomé un rato para observar todo lo que estaba ocurriendo y prestar atención como reaccionaba a los golpes en vez de continuar luchando. Terminó por cazarme con un buen golpe. Cuando me levanté sabía que debía volver a concentrarme, al momento, en lo que estaba haciendo", expresó.
Producto de esa derrota dolorosa, Tyson reclamó más tarde que Douglas tardó más de los 10 segundos reglamentarios para levantarse, cuando lo derribó antes de ser vencido. “Sabía donde estaba en todo momento. Podría haberme levantado a los seis, pero me tomé un par de segundos más”, relató Buster, quien en el décimo roaund acabó con Mike Tyson.
Sobre la victoria, esto dice: "Creí en mí y que tenía las habilidades para lograrlo.Es algo que mi madre me inculcó desde que era muy pequeño. Puedes hacer todo lo que quieras".
A los 54 años, Douglas ha superado problemas de salud y vive tranquilamente en su rancho de Columbus, Ohio, donde enseña a jóvenes talentos del boxeo.
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