Puerto Plata.- Un hombre de 51 años fue sentenciado por una corte de Estados Unidos a 17 años de reclusión en una prisión federal, tras declarase culpable de pederastia en este destino turístico ubicado al norte de República Dominicana.
El condenado es Theodore Symonds, quien viajaba a Puerto Plata en República Dominicana para tener sexo con menores de edad las cuales ahora llevan su nombre tatuado, según reseña el periodista David J. Neal, del periódico Miami Herald.
Este individuo está preso desde el 23 de marzo del 2017, cuando fue arrestado en esta ciudad de Puerto Plata, por alguaciles federales que le daban seguimiento por tener una conducta sexual ilícita con varias menores.
En sus frecuentes viajes en busca de sexo a Santo Domingo, usó mensajes de Facebook para solicitarles fotos desnudas a las chicas involucradas e inclusive, se tatuó sus nombres y ellas hicieron lo mismo con el nombre de él.
Symonds se declaró culpable de viajar a Puerto Plata con la intención de participar en una conducta sexual ilícita con un menor, según las investigaciones realizadas por el Departamento de Seguridad Nacional e Inmigración y Aduanas de Estados Unidos.
Se supo que una de las jóvenes cumplió 16 años durante los 10 meses que Symonds abusó de ella en sus viajes simulando ser turista que venía a disfrutar de los atractivos naturales que posee Puerto Plata, ciudad ubicada en la parte atlántica de este país caribeño.
El pederasta comenzó a relacionarse con la joven de 15 años en enero del 2016, aunque la forma en que se conocieron no se menciona en la admisión de los hechos que hizo Symonds, lo que se dice es que viajó varias veces a esta ciudad para tener relaciones sexuales y cuando no estaba aquí, usaba los mensajes de Facebook para “aliviarse”.
Los investigadores federales pudieron descubrieron que Theodore Symonds era un abusador de menores debido a que le daban seguimiento desde hace un tiempo largo, en vista de que el mismo ha vivido en Oklahoma, Arizona y en Wesley Chapel del condado de Pasco, durante las últimas dos décadas.
Por Antonio Heredia
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