Al Waleed tenía solo 18 años cuando en 2005 sufrió un grave accidente de tránsito mientras estudiaba en una academia militar en Londres. El impacto le provocó una hemorragia cerebral que lo dejó en coma profundo. Desde entonces, permaneció hospitalizado en el Hospital Universitario Rey Abdulaziz de Riad, conectado a un respirador artificial, sin recuperar la conciencia.
Durante estos 20 años, su padre, el príncipe Khalid bin Talal, nunca perdió la fe. Se negó firmemente a desconectar el soporte vital, confiando plenamente en la voluntad de Dios. En sus propias palabras: "La vida y la muerte solo le pertenecen a Alá."
Aunque nunca volvió en sí, Al Waleed presentó algunos movimientos leves en los últimos años, como abrir los ojos o mover ligeramente la cabeza, lo que alimentó esperanzas en su familia y seguidores.
Este sábado, su padre anunció su fallecimiento a través de las redes sociales, con un emotivo mensaje:
"Con los corazones creyendo en la voluntad y el decreto de Alá, y con profundo dolor y tristeza, lloramos a nuestro amado hijo."
El funeral del príncipe se llevará a cabo este domingo en la mezquita Imam Turki bin Abdullah en Riad, tras la oración de la Asr.
Su historia ha sido símbolo de esperanza, fe inquebrantable y del amor profundo de un padre que nunca se rindió. Hoy, su partida deja un eco de tristeza, pero también una lección de humanidad que permanecerá en el corazón de muchos.
0 comentarios:
Publicar un comentario