Fueron 134 duros lanzamientos que tuvo que realizar Johan Santana para entrar en los anales de la historia de los Mets de Nueva York, pero lo que logró no tiene comparación en opinión del lanzador zurdo.
No su primer premio Cy Young, ni el segundo. El juego sin hit que lanzó la noche del viernes 1 de junio ante los Cardenales de San Luis
en el Citi Field, ha sido para él lo más grande que ha pasado en su
carrera, una carrera que ha estado marcada por éxitos y, por qué no, en
los últimos años por mucho dolor.
"Es especial. Bastante contento porque al final tengo la oportunidad,
pues, de lanzar y no-hitter, algo que uno de verdad nunca se prepara o
mentaliza para hacerlo; uno simplemente trata de hacer su trabajo, de
hacer un out a la vez y a medida que el juego va pasando se van dando
las cosas", le dijo Santana en ESPNdeportes.com el sábado, un día
después de lograr la hazaña.
Y es que Santana, tras un
2011 perdido por una operación en el hombro izquierdo y meses de
intensa rehabilitación, se convirtió en el primer lanzador de los Mets
en completar la distancia de los nueve innings sin permitir un solo
imparable. Ni siquiera el gran Tom Seaver, que estuvo cerca de lograrlo
tres veces en la novena entrada, pudo hacerlo. Johan sí, y eso, por
supuesto significa una alegría después de tiempos oscuros.
"Pero
estoy muy contento y orgulloso porque sé que Venezuela lo disfrutó, y
sé que en el año 2004 cuando se ganó el primer Cy Young fue algo
gratificante, todo Venezuela lo celebró, y bueno, pues anoche (viernes)
volvemos a hacer historia y me siento muy contento porque todo salió
bien", dijo Santana.
Es una historia que tal vez no pueda
repetirse, pero que sucedió en medio de un renacer de la franquicia. Y
para el venezolano, como un guerrero, casarse con esa difícil gloria el
cansancio no pasó por su mente, por eso dio el máximo para darle la
alegría a los seguidores de la novena de Queens.
"Cuando
estás en esa situación el cansancio es irrelevante. Yo creo que eso pasa
a un segundo plano. Cuando uno está en esa situación uno lo que quiere
es hacer los outs lo más rápido posible", dijo Santana. "Había
situaciones donde lanzaba un buen pitcheo y de repente lanzaba tres
pitcheos malos, y parecía como una montaña rusa, pero al mismo tiempo
siempre consiguiendo el pitcheo que se necesitaba y creo que después de
ese sexto inning las cosas comenzaron a estar más cerca y de allí, pues
tratar de hacer el pitcheo correcto y dejar que mis compañeros hicieran
las jugadas". Jugadas como la del novato Mike Baxter, que atrapó de carambola chocando con el paredón del jardín izquierdo un batazo del receptor de los Cardenales Yadier Molina para salvar la noche.
Sobre
esta jugada, Johan dijo que no se asustó por lo cerca que estuvo el
batazo de caer en zona buena, pero que estuvo atento a la jugada.
"No,
imagínate, si de asustarte, yo no que me asuste, creo que tú tienes que
estar siempre en el tope de tu juego y concentrado en las cosas que
estás haciendo. Si sabes lo que estás haciendo y lo haces de buena
manera y ejecutas, no deberías tener ningún problema. Ahora bien, de la
manera que se llevó todo, pues las emociones y todo lo demás, fue
bastante bueno", apuntó el lanzador de 33 años y oriundo de Tovar
Mérida, Venezuela.
Fue el segundo juego completo
consecutivo por blanqueada de Johan, luego del 9-0 que le propinó a los
Padres de San Diego el pasado 26 de junio, por lo que posiblemente el
dirigente Terry Collins le dé un día extra de descanso. Sobre este
punto, Johan dijo que lo tomará como diga el equipo.
"Yo
me siento bien. Pero el cuerpo técnico sabrá qué hacer. Ellos van hacer
lo que es mejor para mí, y yo me acato a eso. Si Terry (Collins) piensa
que necesito un día extra pues lo tomo. Un día extra no cae mal. Pero me
siento bien".
Con el triunfo por vía del juego sin hit, Santana puso su marca de la temporada en 3-2 con 2.38 de efectividad y 68 ponches.
0 comentarios:
Publicar un comentario