Chris Webber ha levantado la voz 14 años después. El que en 2002 fuese jugador de unos revolucionarios Sacramento Kings se queja ahora de un amaño en el sexto partido de la eliminatoria de playoffs que enfrentó a su equipo con Los Angeles Lakers aquel año. El legendario ala-pívot habla de “cosas raras” durante un encuentro crítico. “Jugué un partido en el que pasaron cosas muy extrañas. Sé lo que sucedió. Estoy seguro de ello”, comentó Webber en referencia a una derrota que le privó de luchar por el anillo en las Finales de 2002.
Cualquier romántico del baloncesto NBA recordará aquellos Sacramento Kings dirigidos por Rick Adelman desde el banquillo y con una plantilla descarada a más no poder liderada por el propio Chris Webber y con nombres como Mike Bibby, Vlade Divac, Doug Christie, Hedo Turkoglu, Peja Stojakovic o Bobby Jackson. Un equipo que personificaba a la perfección el concepto run-and-gun y desplegaba un baloncesto alegre y desenfadado que
dio muchos quebraderos de cabeza a los Lakers de Kobe Bryant, Shaquille O’Neal, Robert Horry, Derek Fisher y entrenador por Phil Jackson. Un duelo a cara de perro que acabó con los angelinos llevándose las Finales de la Conferencia Oeste por el cómputo global de 4-3 y que es considerado por muchos como la mejor eliminatoria de playoffs de la historia de la Liga.
La sombra de la sospecha del corrupto Tim Donaghy
Las sospechas de Chris Webber sobre un posible amaño tienen al árbitro Tim Donaghy como principal culpable de todo. Según el ala-pívot, el colegiado, que con el tiempo fue condenado por arreglar partidos para enriquecerse mediante apuestas, hizo todo lo posible para que la serie entre Kings y Lakers se fuera al séptimo partido. Algo que por otro lado beneficiaría a la propia NBA por el interés mediático y el éxito de audiencias que estaba teniendo la eliminatoria.
Esas “cosas raras” a las que hacía referencia Webber podrían ser, entre otras, los 40 tiros libres lanzados por los Lakers, por sólo 25 de los Kings, incluidos un total de 27 en el último cuarto del partido. Si a esto le sumamos hasta 20 faltas personales con las que se castigó a los pívots de Sacramento, un codazo de Kobe Bryant a Mike Bibby que no fue penalizado y hasta seis errores arbitrales en el último periodo del choque, tal y como comentó un periodista del Washington Post, la sombra de algo turbio se hace cada vez más espesa.
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