En esta era del autoempleo, muchas personas lanzan negocios de servicios – sea mecánica, costura, contabilidad, limpieza – o fantasean con dar con esa idea original que los sacaría de pobres.
Pues a la neoyorquina Jackie Samuel se le ocurrió hace unos meses cobrar por acurrucar a extraños en a cama o el sofá. Sí, con pijama, frisa y ‘patita’ echada.Y tan bien le ha ido que ya contrató a otra persona para ofrecer sesiones dobles y además está en busca de un varón 'acurrucador'.
El negocio The Snuggery, en Rochester, Nueva York, se basa en la noción de que la sociedad estadounidense carece de ese toque afectivo, no sexual, que sana, calma y relaja, según el sitio web de Samuel.
Samuel, graduada de ciencias cognitivas, admite que acurrucar no es una terapia reconocida, pero asegura que existe evidencia científica y anecdótica de que el toque no sexual reduce la presión sanguínea y el volumen de cortisol (la hormona del estrés) en el flujo sanguíneo.
“Por eso es que tendemos a enfermarnos con más frecuencia cuando estamos estresados. El toque puede jugar un papel importante en reducir el estrés y fortalecer nuestro sistema inmune”, explica en The Snuggery Samuel, quien está en vías de completar una maestría en trabajo social.
Algunas reglas
Samuel es categórica en que las sesiones de acurrucarse y abrazarse no sonde índole sexual. Sin embargo, reconoce la posibilidad de que generen excitación. “No te preocupes, eso sucede. Aunque la actividad sexual no es permitida, la excitación es perfectamente normal y no debe hacer que nadie se sienta incómodo”, aclara en sus políticas.
También pide a las y los clientes que se duchen poco antes de la sesión, que se laven la boca y que no usen perfumes.
Aún así, ha recibido insultos y amenazas por el servicio que ofrece, relató a Huffington Post. Además, cuenta en su blog, que su ocupación ha recibido más de un reparo en su escuela graduada.
Mientras, The Snuggery sigue en crecimiento. Samuel anunció hoy mismo en su página de Facebook que está activamente en busca de un varón ‘acurrucador’ para ampliar el negocio, pero que no ha encontrado al candidato ideal.
El Nuevo Día.
El Nuevo Día.
0 comentarios:
Publicar un comentario