Del total de víctimas, 18.592 son niños (30,8 %), 9.782 son mujeres (16,3 %) y el 7,3 % corresponde a adultos mayores, lo que equivale en conjunto al 54,4 % del total de muertos. Las autoridades locales califican estos datos como una evidencia clara de los ataques "directos e injustificados" contra la población civil por parte del Ejército israelí.
Solo este lunes, se reportaron 122 muertes y 637 personas heridas en distintos puntos de Gaza, incluidos 22 fallecidos y 199 heridos mientras esperaban ayuda humanitaria. Las condiciones para el acceso a asistencia siguen deteriorándose drásticamente con el paso de los días.
Desde que Israel reanudó su ofensiva el 18 de marzo, tras romper un alto el fuego de dos meses con Hamás, se han contabilizado al menos 8.867 nuevos muertos. A esto se suma un sistema de distribución de ayuda considerado por muchos como deficiente, impuesto por Israel junto a una fundación estadounidense, con puntos de reparto limitados principalmente al sur del enclave.
Las cifras relacionadas con personas fallecidas por hambre siguen aumentando. Al menos 1.179 muertos y 7.957 heridos se han registrado en las filas de quienes intentaban acceder a alimentos desde que en mayo comenzó este nuevo esquema de distribución. La situación humanitaria es cada vez más crítica y se agrava ante el cierre casi total de los accesos fronterizos.
Las autoridades sanitarias locales culpan directamente al bloqueo israelí por el aumento de muertes relacionadas con la desnutrición. La falta de alimentos, agua potable, medicamentos y asistencia médica amenaza con ampliar aún más la tragedia humanitaria en Gaza, mientras el mundo observa una de las peores crisis civiles de los últimos tiempos.
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