Un niño de 12 años se escapó de su casa, en una localidad rusa, para pasar el fin de semana en compañía de sus amigos y de unas prostitutas.
Pagó a las chicas con 40,000 rublos (unos 3,700 euros) dinero que robó en una tienda de comestibles.
Cuenta que “solo quería pasar un buen rato con las chicas. Necesitaba dinero. Así que robé un fajo de billetes en un supermercado y salí corriendo.
Volví a mi pueblo y llamé a mis amigos y les dije: tengo dinero, podemos divertirnos. Llamamos a las chicas y nos fuimos a un hotel con sauna”.
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