Sin embargo, la experiencia de abril había transformado al coronel y su identificación con la causa del pueblo y su oposición a los remanentes del trujillismo apoyado por los Estados Unidos hizo que sus ideas se radicalizaran, girando hacia la ideología de izquierda.
En los meses finales de 1965 e iniciales de 1966, Caamaño experimentó una nueva fase de radicalización. Pasó a apoyar el socialismo y estrechó vínculos con el régimen cubano. Se propuso crear una organización secreta de civiles y militares para llevar a cabo la revolución en coordinación con el Partido Revolucionario Dominicano y los partidos de izquierda.
En 1967 se trasladó secretamente a Cuba y fue recibido por el comandante Fidel Castro, que se comprometió a apoyarlo en todos los sentidos, y aunque la idea era regresar a Inglaterra, fue detectado en La Habana por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, que a su vez le informó al presidente Joaquín Balaguer.
Ante la situación, y habiendo sido dado de baja de la carrera militar, Caamaño se quedó en Cuba, acelerando el reclutamiento de quienes integrarían la expedición guerrillera con la que desembarcaría en el país e iniciaría la guerra revolucionaria, hecho que se produjo el 3 de febrero de 1973, con tan solo nueve hombres.
Playa Caracoles
A la hora del desembarco guerrillero, Caamaño no contaba con una fuerza en el país que lo apoyara militarmente, ya que el 12 de enero de ese año cayeron abatidos Amaury Germán Aristy, Ulises Cerón Polanco (La Chuta), Virgilio Perdomo Pérez y Bienvenido Leal Prandy, integrantes de los Comandos de la Resistencia.
El pequeño grupo guerrillero de Caamaño se internó en la cordillera Central, en la zona de Valle Nuevo, y prontamente fue diezmado por las fuerzas del Ejército Nacional.
La tarde del 16 de febrero Caamaño fue interceptado en Nizaíto junto a Eberto Lalane José y Alfredo Pérez Vargas, quienes murieron en combate.
Seis horas después Caamaño fue fusilado.
Orden de fusilamiento provendría de Balaguer
El guerrillero Claudio Caamaño asegura que las órdenes de fusilar a Caamaño provino del presidente Joaquín Balaguer y la habría impartido directamente el contralmirante Ramón Emilio Jiménez, entonces secretario de las Fuerzas Armadas. De acuerdo con el también guerrillero Hamlet Hermann, su cuerpo fue quemado por órdenes de Ramón Emilio Jiménez y luego tirado al mar. Claudio Caamaño sostiene que sus restos fueron rescatados.
Rafael Alonso Rijo
Rafael Alonso Rijo
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