Si el exjardinero Ken Griffey, Jr. concluyó en 2010 su carrera con la friolera de 630 cuadrangulares de por vida, en parte se debió a la velocidad con que sacaba su bate, pero la noche del miércoles, en lugar de mover rápido sus brazos tuvo que hacerlo con su dedo índice derecho para captar las movidas de su hijo.
Trey Griffey es el wide receiver de los Wildcats de Arizona, que en la despedida de año participaron en el Fiesta Bowl y cayeron ante Boise State University 38-30. Griffey completó un total de 66 yardas, y aunque en causa perdida, allí estuvo su orgulloso padre en calidad de fotógrafo.
Así mismo. El expelotero ocupó un puesto en los laterales del terreno de juego y equipado con par de cámaras profesionales y lentes de gran alcance, estuvo captando las movidas de su retoño.
Sports Illustrated, en su cuenta oficial de Twitter, publicó un comentario junto a una foto, destacando que el exjugador es ahora un fotógrafo profesional. En una nota del mencionado portal cibernético, el medio deportivo señaló que Griffey no solo estuvo viendo el partido desde las líneas, sino fotografiándolo para la cadena ESPN. De hecho, en las imágenes de él en que se puede observar junto a sus cámaras, también se puede observar su credencial para estar en el terreno.
Griffey terminó en el 2010 una fructífera carrera en el béisbol de Grandes Ligas en la que además de sus 630 bambinazos, conectó 2781 hits e impulsó 1,836 carreras para Seattle, Cincinnati y los Medias Blancas de Chicago durante 22 campañas.
El próximo año estará en su primer año de elegibilidad para ser considerado para el Salón de la Fama.
Su hijo Trey es un estudiante de segundo año en Arizona, que optó por el football pero viene de una familia de béisbol, pues su abuelo, Ken Griffey, Sr. también fue un destacado jugador del béisbol de las Mayores, en el que jugó por 19 temporadas para varios equipos, incluyendo los Rojos de Cincinnati. Terminó bateando .296 de por vida.
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