Un electricista que trabajaba para Pablo Picasso fue condenando a dos años de prisión por haber mantenido escondidas durante casi cuatro décadas más de 270 obras del pintor.
Pierre Le Guennec y su esposa, Danielle, del sureño pueblo de Grasse, recibieron una sentencia suspendida por posesión de objetos robados.
Según ellos, las pinturas y dibujos –valorados en decenas de millones de dólares– les habían sido regalados por la última esposa del pintor español.
Pero el tribunal no les dio la razón y también ordenó la devolución a la familia Picasso de las obras en su posesión.
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