En el documento judicial, Pina sostiene que la demanda presentada por el intérprete de Gasolina contiene "imputaciones muy serias" contra él y su empresa World Music Latino, alegando su supuesta implicación en la pérdida de millones de dólares por parte de los demandantes.
Pina asegura que dichas alegaciones son falsas y podrían representar incluso una posible violación de las condiciones de su libertad supervisada.
El productor enfatizó que una de las acusaciones más delicadas implica que habría cobrado comisiones por una gira mientras aún se encontraba bajo custodia, lo cual —de ser cierto— contravendría los reglamentos penitenciarios. "Solicito ejercer mi derecho a intervenir en este caso para demostrar la falsedad de dichas alegaciones y proteger mi reputación y libertad condicional", expresó.
En la moción, Pina también ofrece detalles clave sobre la relación contractual con Daddy Yankee. Según el productor, en 2020 fue contratado directamente por el artista para gestionar un acuerdo con Universal Music, el cual resultó en un contrato de 25 millones de dólares. De ese monto, 20 millones se destinaron al álbum Legendaddy y 5 millones a la producción del Live 2K20.
Con este movimiento, Raphy Pina busca no solo limpiar su nombre, sino también ofrecer contexto y evidencia que contradiga la versión presentada por el equipo legal de Daddy Yankee.
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