CENOVI.- San Fco. de Macoris, RD.- Jacob o Jacobo es uno de los patriarcas en la Biblia. Su historia es contada en el Libro del Génesis. Yavé continuamente declaró su amor por él: «… yo amé a Jacob, y odié a Esaú…», según establecen los historiadores.
Mientras que Moisés fue una figura importante para las religiones abrahámicas, donde se le venera como profeta, legislador y líder espiritual. Es un hebreo que creció como un príncipe egipcio.
Jacob Moisés fueron justamente los nombres bíblicos escogidos por la adolescente Emely Peguero Polanco para el hijo que llevaba en sus entrañas.
Ya la criatura estaba formada pues, con todo y sus 16 años, la muchacha llevaba ya cinco meses de embarazo. El padre lo sería Marlon Martínez, con quien mantenía una relación desde los 12 años, según se ha confirmado.
Emely, al percatarse de que estaba embarazada, al principio sintió temor porque presentía no sería buena la reacción que tendrían sus padres Adalgisa Polanco y Genaro Peguero cuando se enteraran de la noticia.
Con el tiempo, sin embargo, los ánimos se fueron apaciguando hasta tal punto de que ya en agosto del 2017, su madre hasta se decidió a acompañarla a una clínica de San Francisco de Macorís para un análisis.
Vencida esa dificultad, el estado de ánimo de la muchacha cambió y, por esos días, se mostraba feliz pues al menos ya sus padres no la rechazaban ni la reprobaban, lo que era importante para ella como una muchacha dócil y de respeto a sus progenitores.
Tan contenta andaba por esos días que hasta nombre le buscó para su pequeño retoño, que debería de nacer en cuatro meses: Jacob Moisés.
Cuando acudió a realizarse el chequeo médico, en compañía de su madre, quedó de volver dentro de unos dias a buscar los resultados.
LA COARTADA PERFECTA
Se estima que fue la coartada perfecta para su novio. El 23 de agosto, en horas de la mañana, la muchacha dormía y entonces recibe una llamada de Marlon “para que fueran a recoger esos resultados”. Nunca retornó.
Marlon, en vez de conducir a la jovencita a Macorís para buscar esos exámenes, como le había prometido, la condujo a un apartamento de su madre, donde trato de practicarle un aborto inducido, a lo que ella se habría resistido.
Según los detalles que han aflorado en el caso, todo parece haber sido planificado de antemano más por la madre de Marlon, Marlín Martínez, que por él mismo.
Marlín, supuestamente, le habría advertido a su hijo “que tenía que salir de eso (del embarazo de Emely) como quiera que fuera”.
ENTRO CON ELLA Y UN SACO
Hay testigos, incluida una vecina del apartamento, que vio al joven entrar con Emely al apartamento donde esta fue muerta de manera salvaje el 23 de agosto.
Incluso hay quienes dicen que Marlon llevaba un saco en sus manos, el mismo saco que utilizaría para sacar el cadáver de la muchacha, el cual lanzo luego por un puente.
A dos días, él y su madre se presentaron ante las cámaras de televisión rogando a Emely que apareciera por favor. Sin embargo, la verdad era que en esos momentos tenían el cuerpo en el baúl de un carro.
INCINERAR EL CUERPO
La madre buscó deshacerse por todos los medios de las evidencias, tratando de salvar a su hijo y de salvarse ella. Incluso pensó hasta incinerar el cadáver, revelo Simón Bolívar Ureña, quien estaba ligado sentimentalmente a la mujer.
El rápido movimiento de la opinión pública, los medios dieron amplia difusión al caso, impidió que se consumara esta acción. El cadáver de Emely fue encontrado el 31 de agosto en una maleta abandonada en el trayecto de la carretera Cayetano Germosen-Villa Tapia por La Guama.
EL JUICIO
Mientras, a un año de estos hechos, los principales acusados se ven de nuevo la cara con la justicia tras sufrir renovadas medidas de coerción. Marlon cumple en la cárcel pública de la provincia Hermanas Mirabal, y Marlín en la Carcel Rafey-Mujeres de Santiago de los Caballeros.
Desde este miércoles 29 responden por lo que hicieron ante un tribunal colegiado en un juicio que se prevé será tenso y largo. Para el mismo hay mucha expectativa.
Desde un principio el Ministerio Público ha sido reiterativo en que pedirá para los inculpados 50 años de prisión, es decir 30 para Marlon y 20 para Marlín. Los abogados y la familia de Emely es la condena que esperan.
El caso es que, al tratar de provocarle un aborto inducido –llevándose de los consejos de su madre- Marlon no solo malogró la vida de una muchacha inocente, de apenas 16 años de edad, sino también que impidió, con su macabra acción, que Jacob Moisés, que era su propio hijo, llegara a este mundo aunque fuera “a pasar trabajo”.
Por Felix Jacinto Bretón / Trinchera
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