Fuerzas de seguridad cerraron caminos, colocaron barreras adicionales a prueba de explosiones e incrementaron el número de sus patrullas el domingo cerca de algunas de las más de 20 misiones diplomáticas en el mundo islámico que Washington ordenó cerrar durante el fin de semana por posibles ataques de al-Qaida.
Los cierres fueron acompañados por una exhortación a los estadounidenses que viven en el extranjero a que tomen mayores precauciones durante agosto, en particular cuando aborden aviones, trenes y buques, aunque algunos veteranos de la vida en otros países ignoraron las advertencias.
“He estado aquí el tiempo suficiente para saber a dónde sí y a dónde no debo ir”, destacó Brian Edwards, un jugador de baloncesto profesional de Detroit, Michigan, que ha vivido en Egipto casi seis años. “Por lo general me siento seguro”.
Entretanto, algunos advirtieron que tales medidas de seguridad son insostenibles.
“Sienta un precedente”, dijo Shadi Hamid, analista del Centro Brookings de Doha. “¿Qué sucede si uno sigue recibiendo amenazas creíbles?”
El Departamento de Estado dijo que 19 sedes diplomáticas permanecerán cerradas hasta el sábado por un “exceso de cautela”. Jen Psaki, portavoz del Departamento, dijo que la decisión de mantener cerrados las embajadas y consulados “no es un indicio de que haya una nueva amenaza”.
Los países con sedes diplomáticas a las que se les ha ordenado cerrar se hallan principalmente en el mundo árabe y musulmán, desde Mauritania en el oeste hasta Bangladesh por el este.
En días recientes, funcionarios estadounidenses dijeron que habían recibido información de inteligencia importante y detallada que dejaba entrever un posible ataque, con algunas características que señalaban a la red terrorista de al-Qaida. El Departamento de Estado indicó que la posibilidad de terrorismo era particularmente aguda en Oriente Medio y en el norte de África, con gran posibilidad de que ocurra algún ataque en o procedente de la Península Arábiga.
“La amenaza fue específica en cuanto a lo enorme que sería y también obtuvimos ciertas fechas”, dijo el domingo el representante Pete King, republicano de Nueva York que preside una comisión de antiterrorismo e inteligencia, en declaraciones a la cadena televisiva ABC.
King dijo que cree que “Al-Qaida es en muchos aspectos más fuerte de lo que era antes del 11 de septiembre (de 2001), ya que ha mutado y se ha extendido considerablemente en lugares drásticamente distintos. Y al-Qaida en la Península Arábiga es “la más mortífera de todas las filiales de al-Qaida”.
LA INTELIGENCIA SE CONCENTRA EN YEMEN
En Jordania, un funcionario antiterrorista dijo que la información disponible indicaba una posible amenaza contra los intereses estadounidenses en la Península Arábiga, en particular en Yemen, y eso provocó el cierre temporal de las misiones estadounidenses en el mundo musulmán. Pidió mantenerse anónimo por no tener autorización para dar declaraciones.
En Saná, la capital yemení, la seguridad se acrecentó el domingo alrededor del edificio de la embajada estadounidense y en el cercano Hotel Sheraton, donde se alojan los infantes de Marina.
La policía instaló un puesto de control en la calle de acceso a la embajada, pidiéndoles a algunas personas que se identificaran antes de dejarlas pasar.
Las medidas de seguridad también se intensificaron cerca de las embajadas estadounidenses en las capitales de Bahrein, Irak y Jordania.
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